Esta es una de las recetas estrella de mi abuela, nos la hacía a sus nietos en todas las celebraciones familiares, hacía unas fuentes enormes de patatas bravas y como te descuidaras un poco ni las olías. Ya está muy mayor y ya no cocina, por suerte aprendí a hacerlas. Como en este blog hacemos la recetas sin vitro la he adaptado a la Thermomix.

Consejos:

Podéis añadir más agua o echar menos harina si os gusta la salsa más ligera. Si por el contrario os gusta más espesa tendréis que hacer lo contrario, menos agua o más harina.

Si os gusta muy picantes podéis echar toda la cayena en polvo que queráis, aunque yo lo haría poco a poco y probando la salsa no os vayáis a pasar.

Las patatas hay que hacerlas justo antes de comer, pero la salsa si la podéis hacer mucho antes, incluso con un día de antelación y guardarla en la nevera, sólo tendréis que calentarla y lista para comer.

Un truco para que las patatas queden blanditas por dentro y crujientes por fuera es comenzar a freír a temperatura media-baja y terminar friéndolas a temperatura alta.

Es una receta muy fácil de hacer, a los niños les encanta, y a los no tan niños también!!.